Sin esperar a la presentación habitual que el Festival de Cine de San Sebastián hace a la prensa, se han anunciado dos retrospectivas (al parecer, este año no habrá una tercera) que comprondrán dos de las partes esenciales del Festival, que son el cine clásico y la revisión temática.
La retrospectiva temática este año abarca, bajo el título de LA CONTRAOLA: EL NOVÍSIMO CINE FRANCÉS, una selección de la producción más vanguardista del cine producido en el país vecino en los últimos diez años. Sin duda interesante para los que disfrutamos con el cine europeo, ya que una buena parte de esa producción no llega a nuestras pantallas. La pena es que yo apenas podré ver alguna de esas películas porque tengo que ocuparme de las que hizo "el hombre con la pipa".
Hay directores clásicos que están asociados físicamente a una figura o a un objeto peculiar; Hitchcock hizo marca de la casa su bocio y su obesidad; Fritz Lang el monóculo, John Ford el parche en el ojo, Almodóvar la indomable cabellera, Allen sus gafas de miope... La imagen que yo guardaba de Richard Brooks, menos mediático que los mencionados, era la de un tipo pulcro con su sempiterna pipa en la boca.
Bajo esa imagen, inmediatamente llegaban otras de sus películas. Newman, vaso en mano, con sus muletas en la habitación, y en ella, sobre la cama, Elizabeth Taylor; Burt Lancaster predicador charlatán encandilando a Jean Simmons; Robert Blake con la mirada perdida después de cometer ese crimen que tanto obsesionó a Truman Capote; Liz Taylor y Van Johnson y el París que vio Scott Fitzgerald de fondo...
Son las de Richard Brooks, antes escritor que director, películas sólidamente construídas sobre relatos densos que, a su vez, incluían la psicología compleja de escritores como los mencionados Capote, Fitzgerald, Tennessee Williams o Dostoievski, estando siempre Richard Brooks completamente involucrado en la elaboración de los guiones, con o sin ayuda de otros guionistas (algunos de renombre, como Gore Vidal).
La primera parte de su filmografía se desarrolla durante la década de los cincuenta; es el gran atractivo de esos filmes, la estética, el tecnicolor o el blanco y negro, el formato de aquellos años de una industria tan consolidada como en constante evolución, donde por encima de la tecnología seguían teniendo mucha más importancia el guión y el trabajo de los actores.
Como siempre me sucede en septiembre, trabajar con este material será un auténtico máster, además de un placer. Revisitar clásicos relegados hoy a los caprichos de la industria del deuvedé, y descubrir algunos que, gracias a las retrospectivas, se rescatan de las estanterías de las filmotecas para disfrute de cinéfilos.
Calle 14 © 2009
7 comentarios de texto:
tan solo he dejado un momento eltrabajo para darte los Buenos dias!! de lunes y decirte que ha sido un verdadero placer conocer a personas tan guapas como tuuuu.
Besitossss
Igualmente, Lisebe. La bofetada ha llegado cuando me he enterado de que ha muerto MAURICE JARRE, de quien son gran admiradora... Esta noche escucharé la banda sonora de LAWRENCE OF ARABIA, tan evocadora, tan bella...
Osea que aquí voy a aprender cine????
Ay que bien!
besicos, gorgeous
Un mogollón Belén
Vas aprender un mogollón!!!
si yo sé de cine es gracias a Fanny Brice
besos
Sssssagerás que sois toas...
ví 'in cold blood' a la vez que 'Capote'. No está nada mal. Un beso, Idoia.
Yo también he visto las dos. "Capote" me entusiasmó, Seymour Hoffman creo que hacía un Truman fantástico. Besazos, Jordi.
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