Calle 14: octubre 2010

El maquinista de la General

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  • 30 octubre 2010
  • Retroclásica

  • Una película histórica

    Lo decimos en todos los sentidos. Porque acude a un episodio de la historia de los Estados Unidos; y porque es una de las películas más importantes de la historia del cine mundial. Tiene la virtud de narrar una hazaña de héroe en una guerra y, a la vez, hacernos reír. Sin embargo, cuando se estrenó fue un fracaso total, más aún cuando se trataba de una producción carísima para la época.

    En pocas palabras...

    El título original, "The General", tiene más lecturas que el título en español, ya que alude tanto al nombre de la locomotora como al rango militar. En los años de la guerra civil americana. Johnny Gray (Buster Keaton) es el maquinista de "La General", una locomotora que se reparte el corazón de Johnny a medias con Annabelle Lee, su novia. La rutina se rompe con el estallido de la guerra, todo el mundo corre a alistarse al ejército y Johnny no va a ser menos. Pero al declarar que es, de profesión, maquinista, en la oficina de reclutamiento le rechazan por ser más útil al mando de una locomotora. De allí sale desilusionado, pero lo va a estar más, porque es calificado de cobarde por no acudir a la guerra y su novia le rechaza, cosa que hace el resto de la familia de ésta. Toda una humillación.

    Éste es el punto de partida de una película que parte de un hecho real relatado en "Daring and Suffering: A History of the Great Railway Adventure" (Audacia y sufrimiento: Historia de la gran aventura ferroviaria), de William Pittenberg. La acción se desata en el momento en que los confederados roban "La General" y durante el resto del metraje contemplaremos todo lo que Gray hace para recuperarla, convirtiéndose involuntariamente en protagonista de un episodio de la contienda.

    Riesgo y precisión

    La famosa secuencia del puente se filmó en una toma única (y de qué otra forma podría ser entonces) y con gran sorpresa por parte de todos los extras que había alrededor, ya que no se les había avisado de lo que iba a ocurrir. Los restos de la locomotora permanecieron en el río hasta la II Guerra Mundial, en que fueron recuperados y aprovechados como ferralla para armamento.

    Esto da una idea del riesgo asumido en la producción de la película. En el rodaje, Keaton realizó él mismo todas las secuencias de riesgo. Visto hoy (y con esa sensación que siempre produce el cine rodado por debajo de los 24 fotogramas por segundo) parece que apenas costaba esfuerzo. El actor debía perseguir la máquina, subirse en marcha, pasar de un vagón a otro, caminar por delante de la locomotora para ir retirando obstáculos... La precisión fue máxima, hasta el punto de, en la secuencia del cañonazo, tener que ser milimétricamente exactos con la pólvora del cañón para conseguir el objetivo sin provocar un accidente en la locomotora.

    El éxito está en la planificación minuciosa y el moderno montaje que combinaba secuencias generales, cortas, primeros planos, elipsis y otros elementos narrativos escasamente utilizados en el cine mudo, ya que éste se rodaba predominantemente en estudio, de manera casi teatral, y con las limitaciones técnicas de la época. El rodaje se realizó casi exclusivamente de exteriores, en Oregón.

    Fracaso de crítica y público

    Hoy parece incomprensible que lo que se considera una obra cumbre de la historia del cine, de la comedia, fuera un auténtico fracaso de taquilla y de crítica. Comparada con otras películas de la época, resulta una superproducción. De hecho, una sola secuencia, la del puente, de pocos segundos de duración, costó 1.700.000 dólares. Al público no le hizo tanta gracia como las obras precedentes de Keaton, lo que tuvo consecuencias graves en la carrera del actor.

    Buster Keaton

    Hay tres nombres en el olimpo del cine mudo: Chaplin, Lloyd y Keaton. He leído por ahí una opinión acertada: a la pregunta de quién te gusta más, Chaplin o Keaton, la respuesta es "Si Keaton es prosa, Chaplin es poesía", o algo parecido. Buster Keaton hizo aportaciones menos poéticas, pero no por ello menos irónicas que las de Chaplin. Comparado con Lloyd, los dos hicieron un humor muy físico, de caídas, carreras y persecuciones. Sin embargo, el estilo Keaton se diferenciaba de los otros dos por una marca de la casa: el rostro serio e imperturbable. Por alguna razón le llamaban "cara de piedra" o "cara de palo". En España se le apodó en su momento "Pamplinas", no sé si intentando aludir a su condición de "poca cosa".

    Tras el fracaso de "The General", Keaton perdió el control sobre su trabajo y sus películas, lo que hizo que, después de algunas producciones, su carrera fuera difuminándose en la década de los treinta. Curiosamente, fue rescatado por Billy Wilder para un pequeño papel en "Sunset Boulevard" y por el mismísimo Charles Chaplin para Limelight. Antes de morir en 1966, apareció en otras superproducciones como "Around the world in 80 days" y "A funny thing happened on the way to the forum". Como ocurre con otras figuras de los años del cine mudo, sólo a partir de los años setenta fue reivindicado y valorado como merecía.

    Otras de mis películas de Keaton favoritas es "Siete ocasiones" (Seven chances, 1925).


    Referencias de interés en internet

    Buster Keaton en IMDB.com e IMDB.es
    The General en en.wikipedia.org y wikipedia.es
    What A Difference A Piano Makes: Buster Keaton's The General
    Un clásico de Buster KeatonPelículas - Años 20: El Maquinista de la General (1926)
    Directors we love: Buster Keaton
    Essentia Cinema: Buster Keaton's The General
    ...y mucho más si indagas un poquito en Google.

    Le Jazz Hot (Victor/Victoria)

    6
  • 25 octubre 2010
  • Retroclásica

  • Una de las películas realizadas por Blake Edwards y que se encuentra entre mis favoritas es ese divertimento musical titulado Victor/Victoria.

    Basada libremente en la película alemana Viktor und Viktoria (Reinhold Schünzels, 1933), este musical está considerado como el último gran musical del siglo XX.

    París, 1934. Victoria Grant (Julie Andrews) es una cantante de ópera en paro dispuesta a venderse por un plato de spaghetti. En su momento de mayor desesperación se topa con Toddy (Robert Preston), un cantante de cabaret maduro y homosexual que en un momento de lucidez se inventa el papel del conde Victor, "una mujer que finge ser un hombre que, a su vez, finge ser una mujer" y que logra ser contratado en el cabaret más popular y chic de la capital francesa. No sólo logra engañar a la audiencia, sino que enamora a un confundido empresario americano, King Marchand (James Garner). Así se inicia una historia de equívocos muy inspirada en el vaudeville de principios del siglo XX, muy divertida y con la banda sonora del gran Henry Mancini, a quien en este blog se le profesa una especial veneración. Mancini colaboró en una parte importante de las películas de Blake Edwards, esposo, además, de la actriz protagonista.

    Años después se realizó una versión para el teatro que tuvo gran éxito, a pesar de que para su estreno ya habían muerto Robert Preston y Henry Mancini, y de que Julie Andrews enfermó y una intervención quirúrgica afectó definitivamente a sus cuerdas vocales. Durante unas vacaciones de Andrews el show siguió con Liza Minnelli al frente, pero ésta dio bastantes quebraderos de cabeza, como la marcha de Tony Roberts del reparto por desaveniencias con la estrella. A Andrews, definitivamente apartada de la canción, la sustituyó Rachel Welch; sin la auténtica Victor/Victoria al frente la obra no resistió mucho más tiempo y se retiró del cartel tras 738 representaciones.

    Esta película sirve para pasar un buen rato, disfrutar con el juego de equívocos y con la música. En el fondo es un musical clásico muy del gusto de los que se producían en los años treinta, incluso estéticamente tiene ese aspecto art-déco; se le añade el sentido del humor y ese toque de comedia erótica con el que Blake Edwards siempre sazonó sus guiones y tenemos una película quita-penas, entretenida y muy bien hecha.

    A continuación os dejo con uno de los números grandes, que también se representó en la versión de Broadway. Le jazz hot, música de Mancini, letra de Leslie Bricusse. Esta escena me gusta, no sólo por lo brillante del número musical, sino por lo que sucede en ella. Genial Leslie-Ann Warren como acompañante del empresario, que se va dando cuenta de que empieza a peligrar su lugar en la vida de King Marchand... Esencial para crear el ambiente de rivalidad y la trama que llega a continuación.


    PSICOSIS, de Alfred Hitchcock

    10
  • 05 octubre 2010
  • Retroclásica

  • En MCM iniciamos nuestro cine-fórum mensual para alumnos de bachillerato con una película muy conocida, esencial en la filmografía de su director, Alfred Hitchcock, y que es un referente en el género de terror: PSICOSIS (1960). Precisamente este año se cumplen 50 años de su estreno.

    Alfred Hitchcock (Londres, 1899 - Los Angeles, 1980) es uno de los directores más importantes de la historia del cine, y se le conoce como "El mago del suspense", puesto que fue quien modificando las normas del cine de terror, renovó el género y supo crear una "marca de la casa", un estilo propio y reconocible que ha sido admirado, seguido, imitado y plagiado por muchos directores de cine. Son muchas de sus obras las que se encuentran en los primeros puestos de las listas de mejores películas o favoritas. Mi favorita es Vertigo (1958).

    En 1960 Hitchcock estaba en lo más alto de su carrera americana y, tras la cancelación del proyecto de rodar una película con Audrey Hepburn, leyó una novela que estaba a punto de publicarse. Esta novela se titulaba Psicosis y su autor, Robert Bloch, era un especialista en relatos de terror. Desde el primer momento el director se mostró entusiasmado con el relato y dispuesto a llevarlo a la pantalla.

    La película narra la huída de una mujer que roba 40.000 dólares y que planea establecerse con su amante, y que de camino a su encuentro se detiene a descansar en un motel solitario regentado por Norman Bates, un hombre retraído y dominado por su madre. La mujer es asesinada en la ducha brutalmente y a partir de ese momento comienza una investigación que nos descubrirá el mundo psicótico en que vive el propietario del motel.

    Las razones de que Psicosis sea una película en blanco y negro son económicas, en primer lugar, pero también una forma de atenuar el impacto visual de la sangre y de las imágenes más crudas que nos iba a mostrar. Pensemos en si la silueta de Bates frente a su casa daría mejor resultado en color, seguramente no. Se trataba, en cualquier caso, de una película de bajo presupuesto que se rodó en poco más de cuarenta días y con actores que no eran grandes estrellas. Fue acogida por la crítica con cierta frialdad, pero tuvo un gran éxito de público y hasta la fecha es una de las películas más populares de Hitchcock.

    Los protagonistas

    Como hemos dicho, los actores no eran precisamente estrellas del calibre de las que hasta el momento habían trabajado con el director británico (como James Stewart o Cary Grant). Anthony Perkins tenía una película pendiente con la Paramount y tanto él como Janet Leigh, John Gavin y Vera Miles podían ser contratados para la película por un precio más que razonable.

    Anthony Perkins alcanzó la cima de su carrera con esta película, que le hizo muy popular. Hasta entonces había trabajado en el teatro en Broadway y desde 1953 había hecho varios papeles en el cine. Psicosis le encasilló y a partir de entonces con frecuencia se le asignaron papeles oscuros y atormentados; eso ocultó el auténtico registro interpretativo de un gran actor. Uno de sus mejores papeles fue el de Joseph K. en El proceso, de Orson Welles (1962). En esta película interpreta a Norman Bates, el extraño propietario del motel; según declaró el actor, disfrutó mucho del rodaje y su relación con el director británico fue excelente, dado que aceptó varias de sus sugerencias, como por ejemplo la costumbre de comer caramelos que tiene el personaje durante toda la película. Sin embargo, fue un doble suyo el que tomó parte en la famosa secuencia de la ducha, ya que en ese momento se encontraba en Broadway preparando una obra de teatro.

    A Janet Leigh esta vez le toca el papel de la víctima, Marion Crane. No estoy descubriendo nada que no sepamos, puesto que no hay secuencia más repetida y vista que la de la ducha. Su filmografía cuenta con títulos tan diversos como Mujercitas, Scaramouche, Los Vikingos, Sed de mal o El mensajero del miedo. Nunca tres minutos de escena han dado tanto de sí. Este papel le reportó a Leigh un Globo de Oro y una nominación al Oscar como mejor actriz secundaria. Dicen que durante mucho tiempo tuvo temor a ducharse sin estar totalmente segura de estar resguardada.

    John Gavin interpreta a Sam Loomis, el amante de Marion, y Vera Miles a su hermana Lila Crane. Y entre el resto de los intérpretes hay que destacar a Martin Balsam, que ejerce de detective Arbogast, y Simon Oakland, el Dr. Fred Richmond; dos actores secundarios imprescindibles en el cine de los cincuenta, sesenta y setenta. Pero sin duda hay un papel importantísimo que no está asociado a una estrella del cine, sino que está interpretado por varios actores, que pusieron su silueta o su voz. Es la madre de Norman Bates, Norma, bueno, o lo que se supone que es...

    La música la pone Bernard Herrmann, habitual en la filmografía de Hitchcock e importantísimo en la creación del clima general de la película, en especial en la escena del asesinato. Resulta curioso que ninguna de sus composiciones para el cine de Hitchcock fuera nominada para un Oscar, nominaciones que sí consiguió con Citizen Kane y Taxi Driver; precisamente murió poco después de terminar la grabación de esta última. Su único Oscar lo ganó con All that money can buy. Podríamos decir que la famosa secuencia de la ducha se apoya, fundamentalmente en la fotografía y el montaje, pero sin la música, sin esa chirriante sección de cuerda imitando los gritos de terror de la víctima, no sería ni la mitad de terrorífica. El próximo año se cumple el centenario de su nacimiento y no está de más reivindicarlo como uno de los más grandes compositores, de los más innovadores y de mayor influencia sobre los músicos de cine actuales.

    La secuencia de la ducha

    Uno de los asuntos más cuestionados es la autoría de tal secuencia. Siempre se ha dicho que era más obra de Saul Bass que de Alfred Hitchcock, cosa que parece ser una leyenda falsa. De Saul Bass he "robado" el estilo de cartelista para componer el cartel del cine-forum de este curso. Soy una gran admiradora de este artista y creador, que se movió con igual éxito y originalidad en el mundo de la publicidad (el logo de AT&T) como en el cine. Admiro sus carteles para cine, Vertigo, The man with the golden arm, Anatomy of a murder, o West Side Story... Imitado, plagiado, homenajeado... Puede verse su huella y su escuela en obras más recientes, como Burn after reading, de los hermanos Coen, Catch me if you can de Steven Spielberg, o ha influido en créditos más 'grunge' como los de Seven. El cartel de la película y los créditos son suyos por derecho, pero Hitchcock defendió que el diseño de la secuencia era suyo, no de Bass.


    Otra leyenda dice que Hitchcock usó agua fría en la ducha para hacer gritar a Janet Leigh, pero la actriz siempre lo negó. Al igual que negó el uso de una doble [actualizando la información después de revisar la entrevista de Truffaut a Hitchcock: sí había una modelo en la secuencia] en esta secuencia que dura tres minutos y tiene cincuenta planos planificados desde más de setenta ángulos distintos (recordemos que a finales de los cincuenta no había la tecnología actual), algunos de ellos cortísimos. Para emular la sangre se utilizó jarabe de chocolate. Igualmente parece ser falsa la idea de que Leigh no estaba informada por completo de la resolución de la secuencia en el asesinato para que su reacción resultara más realista... En fin, lo que hay que destacar es el gran trabajo de edición de George Tomasini, el montador habitual de Hitchcock.

    Como curiosidad, la casa de Norman Bates es un diseño original para el parque californiano Disneyland que fue descartado en su momento. Al director le gustaron los bocetos y los utilizó. Posteriormente se realizó ese diseño para Disneyland París.


    Espero que los alumnos disfruten de esta película y con ella se aficionen al género del suspense, porque en el fondo no puede considerarse ésta una película de terror, sino una historia que te mantiene en tensión y en determinados momentos juega con el miedo. La filmografía de Alfred Hitchcock, tanto la de su etapa británica como la americana, está a nuestro alcance e invito a los alumnos a conocerla porque de una cosa estoy segura y es que tienen garantizado un buen rato de entretenimiento.

    Os dejo unos cuantos enlaces interesantes acerca de lo esbozado en este artículo.

    Youtube: Títulos de crédito iniciales de Saul Bass y la música de Bernard Herrmann
    Psicosis en Wikipedia
    50 aniversario de Psicosis
    Una reseña sobre la película
    Alfred Hitchcock, el mago del suspense
    Filmografía del director en DVD en Universal Pictures
    El cine según Hitchcock, por François Truffaut

    ... y muchas cosas más, pero... ¡pregúntaselas al tío Google!
     
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