Calle 14: noviembre 2008

Breve encuentro, grandes expectativas

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  • 20 noviembre 2008
  • Retroclásica
  • briefencounter.jpgLa suerte de ver una retrospectiva en el cine tiene la virtud de convertir la sesión en algo nuevo. No importa que una se sepa la película de memoria, la experiencia de verla en el cine por primera vez contagia de primicia a la historia y el despliegue de los fotogramas a lo ancho y largo de la pantalla del Principal propicia el descubrimiento de detalles, a veces no tan pequeños, en los que no habíamos caído. Brief Encounter (Breve encuentro, 1945) es una película que, pese al paso del tiempo y a la transformación del papel de la mujer en la familia, mantiene todo su encanto. Es una historia en la que hablan más los gestos y las miradas que las palabras. El tren de nuevo, o mejor aún, la estación de tren, es el punto de encuentro de los que van y vienen y, por casualidad, coinciden. De una forma no buscada, casi no deseada, dos personas descubren que fuera de la rutina -una rutina sin problemas ni altibajos- existe algo que devuelve emoción a sus vidas. Es una historia contada de mil maneras por la literatura y el cine, y en este caso (y como apuntaba el amigo Chema en una entrada anterior), ha tenido dos discutibles remakes, uno para televisión (confieso no haberlo visto) con Sophia Loren y Richard Burton, y el más reciente Enamorarse. Sin embargo, ninguna de esas versiones ha sido capaz de mostrar un enamoramiento con un leve movimiento de cámara como ocurre en la versión de Lean.

    greatexpectations372.jpg

    GreatExpectations.jpgGreat Expectations (Cadenas rotas, 1946) es otra vuelta de tuerca al enamoramiento. Basada en la obra de Dickens, contrapone una atmósfera misteriosa a el lujo alegre del Londres de la primera mitad del siglo XVIII, en el comienzo de la época victoriana. La atmósfera de la novela está perfectamente reflejada en ese contrapunto de ambientes. Después de revisarla la semana pasada, me quedo especialmente con la primera parte de la película, la niebla, el cementerio, la presentación de Pip, la aparición del prófugo y la entrada del niño en la mansión decadente de Miss Havisham. Una magnífica puesta en escena y una fotografía en blanco y negro que es capaz de reflejar el espíritu de la historia de Dickens, pese a que se altera considerablemente el final de la novela con un desenlace más optimista. Hay un remake de la historia más reciente, dirigido por Alfonso Cuarón y bastante peor tratado por la crítica, pero que a mi modo de ver sigue siendo interesante, sobre todo por la presencia de una de las grandes, Anne Bancroft, en el papel de Miss Dinsmoor (or Miss Havisham en la historia original).

    El espíritu de Dickens sigue sobrevolando el Teatro Principal. Mañana llega Oliver Twist, otra de las novelas del autor que ha tenido varias versiones en teatro y cine, incluso musical.

    All that JAZZ

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  • 10 noviembre 2008
  • Retroclásica
  • El tiempo vuela. De nuevo he caído en una pausa, pero de repente, una noticia entra en mi móvil que me hace (primero) saltar de alegría, (segundo) documentarme, (tercero) buscar y preparar las imágenes con que ilustrar esta entrada en el blog y (cuarto) abrir el blogger e identificarme y romper la poco conveniente desidia. Dicho sea de paso, vuelvo de un breve pero agradecido retiro del mundanal ruido, fuera de cobertura, lejos de la red de redes. Allá se me han ido los ratos terminando el Ensayo sobre la ceguera de José Saramago, poniéndome al día con Fotogramas (Cahiers no había llegado, ejem) y viendo las series que mi chico va encontrando por ahí. A destacar, Mad men, mi profesión cuarenta años atrás y en el corazón del mundo publicitario, la avenida Madison de New York; y Pushing daisies ("Criando malvas"). Las dos muy interesantes, de no ser porque nuestro deuvedé cascó. Ya hablaremos de ellas en otra ocasión.

    Qué gran noticia, al menos para mí, la que entró en mi móvil y en mi vida y en mis ilusiones la semana pasada: esta semana Barbra comienza a grabar un álbum con Diana Krall. Por fin se han escuchado mis (por llamarlas de algún modo) plegarias. Los álbumes de Barbra habían entrado en una línea excesivamente orquestal y empalagosa (con la excepción de Guilty Pleasures). En los últimos tiempos se ha recurrido en exceso a las recopilaciones y ediciones de conciertos, y los fans estábamos pidiendo un giro. Yo, concretamente, pedía una vuelta al Jazz, que si bien ella nunca ha sido una cantante de este género, sí que tuvo unos comienzos de cantante de club (en el Village neoyorkino) de los que quedan grabaciones apócrifas en las que se desataba con un acompañamiento jazzístico. Tanto arreglo melódico con gran orquesta empezaba a ser muy pesado y creo que, pese a que ya no es lo que fue, le queda mucho por dar.


    Diana Krall, que dejó su firma en el Kursaal el pasado mes de julio, puede aportarle eso: un repertorio muy apropiado (toda la discografía de Barbra está repleta de standards que han sido repertorio de las grandes voces del Jazz y de los crooners) y unos arreglos que pueden resultar interesantes. Por fin, además, tendrá frente a ella una voz que no competirá en potencia ni en notas largas, sino que pondrá un contrapunto de profundidad, de negrura, de talento, que quizá la diva aproveche para presentarse más brillante. No lo sé, de momento es sólo una noticia que ella misma dio en una radio de Indianápolis. A saber si es un bulo y tengo que desdecirme (snif, snif) más adelante. En el foro que frecuento y donde se ha dado a conocer la noticia, hay gente cercana a su management, si nadie lo ha desmentido a estas alturas... no perderemos la esperanza.

    Vuelta al cine. No me he olvidado de Blithe spirit, es que nunca tuve tiempo de completar la entrada que comencé a escribir. Fue la última película de Lean que se proyectó antes del paréntesis para el Festival de Terror (cuya legendaria sede es el Teatro Principal, de ahí la pausa). La película era de las "pequeñas", pero no deja de ser interesante, por ser una comedia de humor negro en la que se hace uso de unos efectos especiales avanzados para la época. Una nueva colaboración con Noel Coward, en la que el personaje principal está interpretado por Rex Harrison, si bien me quedo con el espíritu burlón y la gran Margaret Rutherford, haciendo de la medium Madame Arcati. La curiosidad me llevó a averiguar ciertos aspectos poco conocidos acerca de la mejor Miss Marple que ha tenido el cine, como que ella y su marido adoptaron a Gordon Langley Hall, quien más tarde cambiaría de sexo para convertirse en Dawn Langley Simmons y quien escribiera una biografía sobre su madre adoptiva en 1983. Os lo recomiendo, id tirando del hilo, porque la información que hay sobre ellos en Internet resulta apasionante.


    Y el próximo miércoles, una de las mejores películas de Lean: Brief encounter (Breve encuentro). Es duro volver de vacaciones, pero nos quedan estos alicientes. I am a jazz baby! (por no repetir lo de yes-güi-can)
     
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