Calle 14: Toy Story 3, hasta el infinito y más allá

Toy Story 3, hasta el infinito y más allá

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  • 12 agosto 2010
  • Retroclásica

  • Cuando sales del cine y todo lo que sientes es algo parecido a agujetas en el estómago de tanto reír, es un gran síntoma. Pero si, además, todavía estás secándote las lágrimas, producto de la risa, de la ternura y la emoción, eso quiere decir que la película que acabas de ver realmente merece la pena.

    La tercera entrega de Toy Story es grande, dinámica, divertida, triste, oscura, realista y, sobre todo, brillante. Es la historia del final de la infancia, del abandono del nido, de cómo todo lo que en un momento ha sido importante, queda con el paso del tiempo arrinconado o condenado a extinguirse.

    Woody y Buzz asisten a esa transición. Andy ha dejado de ser "su" niño, y la madre (la esencia de todas nuestras madres) pone orden en sus cosas: todo lo que no sirve habrá de ser donado o tirado a la basura. O como mayor privilegio, exiliado al desván, donde como en un retiro para jubilados tendrán una vida plácida a la espera de que pase el tiempo y llegue otra generación de niños.

    Por suerte para nosotros, el azar-guión provoca un giro en el destino de nuestros trozos de tela y plástico favoritos y comienza una trepidante aventura en la que tomarán parte todos y cada uno de los personajes liderados por un vaquero y un hombre del espacio.

    Algunos secundarios de las dos películas anteriores han desaparecido, donados, rotos quizá. Pero en beneficio de la película se recluta a una pareja robaescenas, Barbie y Ken, cuyas intervenciones provocan, además del interesantísimo "reset" de Buzz, las secuencias más hilarantes de la película.

    No debemos desvelar mucho más, porque es importante disfrutar de la película, hasta los créditos finales, que no tienen desperdicio. Lo que es importante resaltar es que hay una diferencia técnica cualitativa respecto a sus precedentes muy evidente (y hablo de la versión 2D, que es la que he visto), inevitable porque ha pasado mucho tiempo especialmente entre la primera y la tercera; sin embargo, no es la tecnología (y supongo que el 3D le da un valor adicional) lo que hace de ésta una película inolvidable, sino ese magnífico guión y... los personajes, los estudiadísimos movimientos, gestos, acciones; sus frases, su evolución a lo largo de la película y toda la ternura que inspiran: ni un fotograma se desperdicia. Qué grande es Pixar.

    Postdata: Y qué decir del corto que le precede, "Noche y día". Original, tierno, espectacular.

    6 comentarios de texto:

    1. Andrabaltza dijo...
    2. ¡De acuerdo! Es una película que además del deleite que provoca la animación, recrea en los adultos que la vemos algo que es eterno...ese encuentro con nuestra infancia y todas sus delicias. Ese tiempo eterno en que jugábamos,nos lo creíamos todo y dormíamos con todos nuestros juguetes...Me pasó que salí del cine con otro tipo de agujeta también. Empecé a pensar en mis muñecas y peluches de "aquellos años"...Cuando llegué a casa estampé un beso super cariñoso al oso de mi hijo que por suerte no es rosa ni huele a fresa pero...por si acaso anda necesitado de amor!!

    3. Retroclásica dijo...
    4. Creo que los juguetes son, después de nuestros padres, nuestros auténticos primeros amores. Es curioso, mi juguete favorito era el Exin Castillos, y tengo uno guardado en casa que me compré con la excusa de jugar con mis sobrinas. Me encantaba construir y soñaba con ser arquitecta (y ya ves).

      ¿Abrazaste a tu hijo como a un oso? ;-) jajajajaja.

    5. Anónimo dijo...
    6. Idoia, al que abracé fue al oso de peluche que le regalé a mi hijo cuando era pequeño y que anda un poco dando vueltas por ahí, aunque bien lavadito y con olor a suavizante...

    7. Retroclásica dijo...
    8. Si puedo publicar este comentario es que... ¡tengo conexión nueva a Internet! Y a qué velocidad va.

      Jajaja, ya sabía yo que era un oso y no tu hijo, pero me encantaba la ambigüedad de la frase.

    9. Bargalloneta dijo...
    10. Es una maravilla!! a mi me encantó y me recordó a la única muñeca que tuve que se quemó en un pequeño incendio que tuvimos en casa hace unos años.... en 3D es espectacular!

    11. Retroclásica dijo...
    12. Fui con una de mis hermanas, mi cuñado y las niñas. Vir y yo no podíamos contener la risa y las lágrimas en la primera secuencia en que vemos a Ken. Qué grandes son inventándose la psicología de los juguetes. Un dinosaurio angustiado carne de psicólogo, un Ken con problemas de ambigüedad, un señor patata dispuesto a despojarse de todo y un reset hilarante de Buzz. Eso es talento; lo demás, tonterías.

     
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