El día 8 de diciembre Carmen Martín Gaite hubiera cumplido 83 años. Lo del número es algo anecdótico, porque Carmiña siempre fue una joven de pelo blanco. Incluso de niña. Hace ocho años que se la llevó un cáncer fulminante, el tiempo ha pasado deprisa, pero ella sigue afianzándose como una de las mejores escritoras de todos los tiempos.
En alguna entrevista que puede leerse en Internet, asegura que nunca vendió tantos libros como en su última etapa, porque fue cuando atrapó a una generación que nunca la había leído (en la que me incluyo), que la conoció en la época en que publicó Nubosidad variable y que comenzó a leerla hacia atrás, es decir, de las últimas hacia sus primeras novelas.
La leí por primera vez precisamente cuando apareció Nubosidad, una novela que me fascinó desde la primera página, en la que los personajes, el hilo narrativo y la forma de tejer las palabras eran como una especie de conjuro mágico que secuestraba al lector. Lo he ido leyento todo, Lo raro es vivir, El cuarto de atrás, Retahílas, Entre visillos, La reina de las nieves, la estupenda Caperucita en Manhattan... Años después, Carmen visitó Donostia para dar una conferencia en el Hotel María Cristina, en la que nos contó su labor de escritora, su pasión por contar cosas, su forma de abordar la composición de sus personajes y su implicación en ello. Mientras la escuchábamos creo que nos sentíamos totalmente hechizados por ella; su espíritu de niña grande, su inseparable boina, la dulzura de su voz, esa franqueza con la que confesó no haber preparado nada pero tener mucho que decir... Salimos de allí como si hubiéramos pasado la tarde charlando y merendando té con pastas con una vieja amiga.
La literatura en lengua española está llena de grandes artesanos de la palabra. Sigo leyendo, entre ladrillo y ladrillo, a Baroja, a Galdós, a Unamuno; a Machado, Lorca y Aleixandre. Y si algo vengo reivindicando y recomendando, es esa generación de posguerra tan maravillosa, la de Delibes, Sánchez Ferlosio, Sénder, los Aldecoa y Gaite, entre muchos otros nombres. Los libros que más he regalado los escribieron ellos. Y creo que han hecho afición entre sus destinatarios.
Cambiando de asunto, os dejo aquí esta "película" que mi sobrina Raquel y su padre hicieron ayer para entretenerse un rato... Es corta, pero intensa. Yo ya les he dado un Oscar.
3 comentarios de texto:
Reconozco avergonzada no haber leído a algunos de los autores que mencionas en este comentario,y no porqué no haya querido pero a veces la lengua materna es más fácil de leer que otra. Mentiria si dijera que no he leido literatura española , en BUP me tragué al Quijote y a varias novelas de autores com Cela, Garcia Márquez o otras y reconozco auténtica predilección por Julio Cortázar que de joven me maravilló la manera que tenia de tomarte el pelo como lectora, sobre todo con Historias de Cronopios y famas!! pero he leido más literatura catalana y ahora con su aniversario te recomiendo algunas de las novelas de Mercè Rodoreda o a otras autores como Montserrat Roig (de la cual también tengo predilección), Mercè Marçal,Maria de la Pau Janer, Manuel de Pedrolo (Mecanoscrito del segundo origen... todo un clásico de la literatura catalana)o a Montalban, o Marsé o al gran Pla, seguro que de algunos ya has leido!!!
Cambiando de tercio.. tu sobrinilla es una directora en potencia eh!! ya te lo he dicho esta mañana pero he estado observando muy detenidamente el corto y a parte de tener un guión y una buena estructura narrativa, también tiene una buena continuidad de planos y unos personajes realmente encantadores,
felicita a Raquel de mi parte y dile que yo a parte del Oscar (dado por su tia, que apoyo fervientemente), también le daria , la Palma, el León, y por supuesto la Concha (vuestra Concha!), y preguntale si me deja colgarla en mi blog , vale??
un beso especial hoy para ella...
He leído a alguno de los que mencionas, más Eduardo Mendoza, aunque reconozco que estoy algo pez en literatura catalana. Admiro "La plaza del diamante" de Rodoreda, pero más por la serie de televisión, porque la novela no la he leído.
Ejem..., Raquel dirigió al alimón el corto con su padre y espero que esa colaboración siga dando sus frutos. Lo más importante es que se divirtió mucho haciéndolo, más que jugando con la Nintendo.
La verdad es que sois una familia de artistas, tu con tus comentarios maravillosos y esos recordatorios a verdaderas estrellas literarias como lo fue Carmen Martín Gaite, comparto mi admiración contigo por semejante ser humano que nos regaló muchas maravillas literarias, si hablamos de tus otros amores Baroja etc, mejor ni hablamos que me enrollo. Y los otros artistas son tu familia que la verdad me quedo alucinado con semejante corto, si me das permiso me gustaria ponerlo en mi pagina. Un beso y escribe que nos gusta como lo haces.
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