Como comentaba en la anterior entrada, el curso escolar nos trae una nueva retrospectiva de
Nosferatu, esta vez temática, dedicada al
thriller americano de los años 70.
Bullit ha resultado un inicio agradable; una película parca en diálogos, como lo es el personaje encarnado por
Steve McQueen. Hablan más los silencios y esa mirada huidiza de
Bullit, o la espectacular persecución automovilística por las calles (cuestas) de San Francisco, secuencia imitadísima en películas posteriores (por ejemplo, en
What's up, doc?).
El detective nos muestra a
Frank Sinatra en un papel que se sale de sus personajes triunfadores, alegres, seductores (no olvidemos
The man with the golden arm, o su personaje en
From here to eternity, que también se apartaban de su condición de cabecilla del
rat pack). No la había visto, y me gustó, me pareció entretenida y muy representativa de la estética de los setenta.
Shaft ha sido una película entretenida, sin más, con una buena banda sonora en la que Isaac Hayes comienza cantando
Who's the black private dick / That's a sex machine to all the chicks? / SHAFT! / Ya damn right! No he visto el
remake, ni falta que me hace, entre otras cosas creo que me cae mejor
Richard Roundtree que Samuel L. Jackson. Y creo que el
Shaft setentero es mucho más amable que el del nuevo siglo.
¿Qué tienen en común estas películas? La estética. La narrativa. La banda sonora, un sonido, un estilo.
Lalo Schifrin es el responsable de la música de
Bullit, mientras que
Jerry Goldsmith lo es de la de
The Detective. Ambos diseñan unas partituras muy influidas por el
jazz y por el
funk, muy dinámicas y descriptivas. En los últimos tiempos estoy revisando películas con música muy setentera y es que una no puede resistirse a disfrutar de una secuencia acompañada por
Michel Legrand o
Henry Mancini o
Burt Bacharach. Pop y
jazz entrando por la puerta grande en el cine. Creo que
Dirty Harry debe mucho a Schifrin, como
Charada a Mancini. Continuadores como
Dave Grusin mantienen ese espíritu en el cine actual.
Don Ellis es el responsable de la banda sonora de
The French Connection (que veremos hoy miércoles en Nosferatu); tuvo una carrera muy breve, pero al igual que Schifrin, se forjó en televisión, en la serie
Mission: impossible. En esta película tenemos a actores sensacionales, entre ellos
Fernando Rey (de hecho, cuando murió, en la ceremonia de los Oscar le dedicaron la famosa escena en que saluda desde el vagón del metro), en gran
Gene Hackman y
Roy Scheider. Hace bastantes años que no veo esta película y creo que hoy la voy a disfrutar como si fuera la primera vez: es la magia de recuperarlas en pantalla grande.